Clyde y Stephanie Brenek dan poca importancia a la obsesión que muestra su hija menor con una antigua caja de madera que compró en una venta de garage. Pero a medida que el comportamiento de Em se vuelve cada vez más errático, la pareja teme que la presencia de una fuerza malévola dentro de su familia. Pronto descubren que la caja fue construida para contener un Dibbuk, un retorcido y malévolo espíritu que habita seres humanos y termina por devorarlos.